S.O.S.

Don't Panic.

martes, 11 de enero de 2011

Rosa envenenada.

Salí al jardín. Iba con una camiseta vintage, una falda de tul y unas medias azul cielo. Mis rizos estaban recogidos en una diadema, también azul. Levaba los labios pintados de un suave rosa palo, que los hacía parecer muy delicados.
En una mano, una cesta de mimbre, en la otra unas tijeras de podar. Quería recoger algunas flores, que perfumaran mi habitación. Opté por las rosas.
Al cortar la última me pinche. La sangre brotaba de mi dedo, no paraba de salir. Además, escocía. Entonces comenzó el dolor.
Vendé mi mano, procurando no apretar demasiado para no cortar la circulación sanguínea. Paró de salir sangre, y al cabo de unas semanas la herida cicatrizó, y todo pasó. Las rosas se pudrieron, dieron mal olor. Las cambié y todo sigue igual.
A excepción de ti.













Brevemente, Cler.

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