S.O.S.

Don't Panic.

sábado, 22 de diciembre de 2012

Decepción.

Querida Clara,
Nada fue como creías... Un cuento de hadas descerebradas. Un cuento lleno de mentiras, como todo.
Cuando asías algo siempre, siempre cometes el error de idealizarlo. Poco a poco vas creyendo que todo es perfecto. Poco a poco te sumerges en tu propia mentira.
Entonces llega el día de la verdad, el día en el que deberá suceder lo que has estado planeando durante bastante tiempo. En ese momento te topas con la realidad cara a cara. Primero, un sentimiento agudo te apuñala en un espacio que queda entre el estómago y la boca del esófago, más o menos en el esternón. Después, te enfadas contigo misma y ves que en realidad, lo que sea que has amado o ansiado no tiene la culpa de lo que ha pasado, sino esa cabecita llena de pensamientos poco coherentes. Y al final entristeces...
Sí, eso se llama decepción. Para mí (y evidentemente para ti) es uno de las peores y más viles sensaciones que he (y tú has) llegado a vivir. Es bastante duro ver como algo se desvanece, como el humo en el cielo o las palabras en el aire.
Decepción.
Atentamente, tú misma.

viernes, 14 de diciembre de 2012

En vano.

Nos enseñan a permanecer an silencio, a no disgustar a los demás, a causar una buena intención. Si lloramos en público, somos unos blandengues. Nos vemos obligados a tragarnos las lágrimas una a una. Si nos exaltamos demasiado, nos tachan de agresivos. Si mostramos lo que sentimos, somos pasionales. Si hablamos, somos pesados. Si callamos, aburridos. 
Entonces, llega el día, el día en el que nos damos cuenta de que no somos nada. Estamos vacíos. Ni sentimos ni padecemos. Pura fachada. Y claro, "intentamos hacer todo lo posible para remediarlo".
Já, me parto.
¿Cuántas promesas en vano hemos hecho? ¿Cuántas veces nos hemos decidido a cambiar?
Muchas. Muchas veces.
Pero claro, al fin y al cabo, nos dejamos llevar. 
Despreciable.


viernes, 4 de mayo de 2012

Don't Look Back

Después de meses de silencio interminable, me he decidido a hablar...
Dejando de un lado las impresiones y anécdotas vividas desde que dejé de hablar, sólo puedo centrarme en una... Soy muda.
No me lo puedo quitar de la cabeza. Soy muda. No, no es que haya perdido el habla, es que simplemente hablar me gasta saliva y me causa problemas. Si hablo es para decir frases impersonales como: "Qué bonito.", "Ah sí, qué bien", "Oh, vaya, una pena" y demás idioteces. No puedo hablar, no me siento a gusto. No puedo decir lo que pienso, me dedico a asentir y seguir mi camino.
Aunque me mantenga al margen, hay veces en las que recibo golpes sin haber hecho nada para recibirlos. Simplemente es fastidiar por fastidiar.
No acabo de encontrar mi pedacito de mundo real en el que poder estar a gusto y poder relajarme. Cuando lo encuentro me lo quitan. Así que decido meterme de lleno en mis pensamientos. Camino entre las grutas de mi imaginación con soltura. Soy la única que conoce el camino. Nunca miro atrás.
Entonces llego a mi destino; una nebulosa en la que me sumerjo, olvidando quien soy. Entonces puedo hacer lo que me plazca.
Pero eso se acabó...
Voy a explotar.


















Gris mármol.