S.O.S.

Don't Panic.

viernes, 30 de septiembre de 2011

El amanecer queda cerca de la playa.

Dulce brisa de principios de otoño colorea mis mejillas de ocres y dorados.
Agua fría como el hielo hace que mi cuerpo se suma en el más profundo de los abismos.
Arena suave inunda mi piel de extrañas sensaciones.
Yo quise cambiar el mundo, y tal vez ese mundo me cambió.
Giro la cabeza y lo veo avanzar.
Armonía en cada uno de sus pasos.
Brillo en sus ojos.
Pero una mueca seria en su cara.
Yo quise cambiar el mundo, y tal vez ese mundo me cambió.
Se sienta a mi lado. Distante. Parece una sombra de sí mismo.
Con la yema de los dedos roza la arena recién mojada.
Moja sus labios resecos con la punta de la lengua.
Yo quise cambiar el mundo, y tal vez ese mundo me cambió.
No sé dónde voy a ir. Estoy perdida, sin saber quién soy.
Le miro en busca de respuestas y posibles reproches que me hagan saber que sigue vivo.
Se queda parado, tal y como estaba antes. Pero ahora poseé un brillo especial en sus ojos avellana.
Yo quise cambiar el mundo, y tal vez ese mundo me cambió.
Poso mi mano derecha en su hombro. Luego la izquierda.
Se estremece y noto como un escalofrío recorre su columna vertebral.
Entonces cierra los ojos muy fuerte, como si quisiese que le tragase la tierra.
Yo quise cambiar el mundo, y tal vez ese mundo me cambió.
Le abrazo, pero él sigue inmóvil.
Sigo abrazándole. Intento apretar lo suficientemente fuerte como para que se de cuenta.
No hay reacción alguna en su cuerpo.
Una lágrima furtiva escapa de su prisión en el lagrimal.
Yo quise cambiar el mundo, y tal vez ese mundo me cambió.

domingo, 25 de septiembre de 2011

Miedo.

Tengo miedo a lo ajeno. Tengo miedo del "qué dirán". Le tengo miedo al futuro. Le tengo miedo al porvenir. Le tengo miedo al pasado. Tengo miedo a la oscuridad.
Soy muy inestable. Lo sé. Puede que por ello tenga miedo. Puede que por ello note una pinza en la boca del estómago, que me tira y me quita el hambre. Puede que simplemente sea la rutina la que me de miedo. Puede que no tenga miedo a nada y es eso lo que me aterra.
Pueden ser tantas cosas en este momento. Tantas.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Hoy, un día más.

Hoy, un día más. Hoy, verde esmeralda. Hoy, vida y olvido. Hoy, inmenso resplandor. Hoy he tomado una importante decisión que cambiará mi vida. Hoy, he dejado dos cosas atrás. Dos experiencias, dos de las mejores cosas que he vivido. Una, con la que me empeñé en apostar. Di crédito a cada una de sus locuras. Pero eso fue hace mucho tiempo. Con ese mismo tiempo, ella decidió olvidar. Un trágame tierra dejó caer y tres mil millones de miradas de reproche me lanzó. Un kilómetro que parece ser tres mil. Catorce pasos que parecen ser cien. Una vida casi entera que ahora, al parecer, ha olvidado. Una vida que ha dejado atrás. Una vida que a ella no le vale. Mil cosas hice, que no han servido de nada. Sí, fui ingenua. Algo tan volátil no iba a querer estar conmigo para siempre. No iba a querer contarme todo para siempre. No iba a estar ahí como yo lo he hecho. Yo intenté ayudarla a mantener los pies en el suelo. Fui sincera, e intenté hacer todo cuan tuviera en mi mano. Pero no le sirvió, nada de lo que hice, lo menospreciaba. Entonces yo desistí, y dejé pasar el tiempo. Pero nada cambió, yo seguí siendo la misma y todo siguió igual, pero ella ya no tocaba el suelo, volaba demasiado alto. Intenté advertirle que la caída es más grande cuánto más subas, pero yo le daba igual. Me hice daño a mí misma. Ella me hizo daño.
La segunda cosa, siguió el mismo camino que la primera. Malas maneras, carácter fuerte.
Hoy digo adiós y hasta nunca a esas dos cosas. Me costará no recaer, pero lo debo hacer.
No os echaré de menos.