La alegría, una de las mayores trampas emocionales que existen. Una de las peores. Me atrevería a decir que es la más tenebrosa. El periodo de tiempo en el que se encuentra es efímero. De poca duración. Que es eclipsado por aquellos momentos en los que tienes el "mono". En los que no sabes que debes hacer, tu existencia es una tremenda nube gris, cargada de agua, que espera ansiosa a que llegue el momento exacto. El momento perfecto. Aquel en el que "choca" con otra para generar un rayo que haga que tu alma expire. Que los ojos se queden en blanco.
En ese momento en el que va. Se va. Nada tiene sentido, no. Se materialista, realista; ¿qué puedes hacer? Solo una opción. Plantéatela. Es rápida y eficaz. Saboréala. Venganza, vendetta.
Todo lo que sube, baja. Lo que viene, va. Vete, por favor. No aguanto este sentimiento. Ojalá acabe esta tortura. Ahora.
R.
S.O.S.
Don't Panic.
viernes, 22 de abril de 2011
sábado, 16 de abril de 2011
Ausencia.
Que el alma se despegue del cuerpo y eche rienda suelta a su imaginación, y vuele libre por los recovecos del amanecer no es algo cotidiano. Claro, eso tiene su lado positivo, evidentemente, si se trata de que tú eres el alma. Pero... ¿qué pasa con el cuerpo?
¿Es acaso la ausencia la muerte?
Grau, grey, gris.
¿Es acaso la ausencia la muerte?
Grau, grey, gris.
jueves, 14 de abril de 2011
Él.
Él es él. Único, silencioso. Amable. Sincero. Tranquilo, expresivo. Cariñoso y simpático.
Único cuando lo miro, me mira y sonreímos. Cuando lo veo, y, aunque el cielo se esté cayendo o la tierra se esté rajando por la mitad sonrío. Silencioso cuando aparece por mi espalda y me susurra un tímido "hola". Amable cuando me escucha y comprende cada una de las miles de cosas que le cuento. Sincero cuando me toca con sus manos y me dice, "Para, no?". Cuando se ríe y cierra los ojos almendrados y el tiempo se para durante un segundo. Tranquilo cuando mira al horizonte ansioso por saber su futuro. Su futuro. Expresivo cuando con una mirada se que está feliz. Cariñoso cuando siempre se acuerda de mí, y simpático cuando es él mismo.
Sí, eres tú. No me había dado cuenta.
Gusa, siempre.
Único cuando lo miro, me mira y sonreímos. Cuando lo veo, y, aunque el cielo se esté cayendo o la tierra se esté rajando por la mitad sonrío. Silencioso cuando aparece por mi espalda y me susurra un tímido "hola". Amable cuando me escucha y comprende cada una de las miles de cosas que le cuento. Sincero cuando me toca con sus manos y me dice, "Para, no?". Cuando se ríe y cierra los ojos almendrados y el tiempo se para durante un segundo. Tranquilo cuando mira al horizonte ansioso por saber su futuro. Su futuro. Expresivo cuando con una mirada se que está feliz. Cariñoso cuando siempre se acuerda de mí, y simpático cuando es él mismo.
Sí, eres tú. No me había dado cuenta.
Gusa, siempre.
miércoles, 13 de abril de 2011
Ego.
Cada vez que pienso en su cara cuando lo dijo, algo en mí se revuelve y tiene ganas de gritar. Gritar, decirle al mundo lo que siento por ti. Asco. Sí, asco. ¿Qué te creías?, ¿que todo en la vida es eterno? No, lo siento mucho. Sí, te llevas un palo cuando te das cuenta de ello. El mar no es eterno, el horizonte, tampoco, tu ego, en absoluto, mis ojos, ni mucho menos.
Parpadeas, enmudeces. ¿Quieres saber algo? Me repudias, por muy atractivo que seas. No, no, tus besos no sirven de nada. No te das cuenta de nada. Intentas ser sutil, espontáneo. No lo eres.
Te odio. Azul cielo.
Parpadeas, enmudeces. ¿Quieres saber algo? Me repudias, por muy atractivo que seas. No, no, tus besos no sirven de nada. No te das cuenta de nada. Intentas ser sutil, espontáneo. No lo eres.
Te odio. Azul cielo.
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