Hoy, un día más. Hoy, verde esmeralda. Hoy, vida y olvido. Hoy, inmenso resplandor. Hoy he tomado una importante decisión que cambiará mi vida. Hoy, he dejado dos cosas atrás. Dos experiencias, dos de las mejores cosas que he vivido. Una, con la que me empeñé en apostar. Di crédito a cada una de sus locuras. Pero eso fue hace mucho tiempo. Con ese mismo tiempo, ella decidió olvidar. Un trágame tierra dejó caer y tres mil millones de miradas de reproche me lanzó. Un kilómetro que parece ser tres mil. Catorce pasos que parecen ser cien. Una vida casi entera que ahora, al parecer, ha olvidado. Una vida que ha dejado atrás. Una vida que a ella no le vale. Mil cosas hice, que no han servido de nada. Sí, fui ingenua. Algo tan volátil no iba a querer estar conmigo para siempre. No iba a querer contarme todo para siempre. No iba a estar ahí como yo lo he hecho. Yo intenté ayudarla a mantener los pies en el suelo. Fui sincera, e intenté hacer todo cuan tuviera en mi mano. Pero no le sirvió, nada de lo que hice, lo menospreciaba. Entonces yo desistí, y dejé pasar el tiempo. Pero nada cambió, yo seguí siendo la misma y todo siguió igual, pero ella ya no tocaba el suelo, volaba demasiado alto. Intenté advertirle que la caída es más grande cuánto más subas, pero yo le daba igual. Me hice daño a mí misma. Ella me hizo daño.
La segunda cosa, siguió el mismo camino que la primera. Malas maneras, carácter fuerte.
Hoy digo adiós y hasta nunca a esas dos cosas. Me costará no recaer, pero lo debo hacer.
No os echaré de menos.
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