Por el día, los árboles parecen extrañas formas recorridas por unas cuerdas negras, que al caer la tarde dejan ver su desparpajo luminoso. Mientras niños y abuelos se encandilan, y permanezco quieta, petrificada.
La lluvia recorre mis entumecidos brazos. Gradualmente se va empapando toda mi superficie, hasta que llega el día secándome de nuevo. Luego vendría un técnico a adonarme con esas extrañas lucecitas.
Entonces en un instante me siento importante, luminosa.
Light, Licht, Luz.
Cler luminosa
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